El Castro de Valencia do Sil —Vilamartín— se ha convertido en las últimas semanas en protagonista del ámbito cultural de la comarca. «Resucita» la memoria dormida y el interés por la arqueología de Valdeorras.
Como colofón a la semana de conmemoración del 50 aniversario del descubrimiento del mosaico romano de «A Cigarrosa», por el grupo de arqueología barquense de «Los Escarbadores», el Concello de O Barco organizó en las últimas semanas una exposición, que permanece abierta y una visita guiada al yacimiento arqueológico de O Castelo en Valencia del Sil. A ellas le siguieron una presentación en el centro Santa Lucía de Vilamartín de nuevos estudios sobre el yacimiento.
Acompañados por el arqueólogo vilamartinés Santiago Ferrer, antiguo colaborador de «Los Escarbadores» cuando era niño, la visita al castro suscitó un gran interés concentrando a 50 personas, entre las que también estuvo Ángel Fernández,antiguo miembro del citado grupo que contó anécdotas y datos relacionados con las excavaciones.
El lugar donde se encuentra el yacimiento se reveló impresionante, dominando el Sil y la vía Nova. Sus antiguos habitantes —hay restos que incluso se remontan al siglo I A.C.— tenían una situación privilegiada, bellas vistas y estaban rodeados de dos destacados manantiales que los abastecían de agua.
En la visita guiada semanas atrás se pudieron apreciar los restos de casas cuya excavación fue iniciada por Los Escarbadores entre 1967 y 1985. En este espacio del castro, Santiago Ferrer ilustró con los presentes con su conocimiento sobre estas ruinas. Todo apunta a que se trata de uno o varios edificios y con varias alturas. Precisamente, a raíz de la limpieza del castro el pasado verano, se descubrió un pavimento de mortero de cal, jarras, monedas y un huso de un telar, entre otros elementos.
Ferrer mostró las diferentes estancias de las casas,molinos,hogares,tejas,suelos etc. Y resaltó el hallazgo del primer testimonio de uso de la pizarra para cubrición de los tejados en lugar de la teja —esta última era habitual en el mundo romano—. La pizarra fue hallada recortada y con los clavos puestos.
Asimismo, Santiago Ferrer trató de explicar las peculiaridades de los antiguos habitantes de la comarca,los Gigurri,sus dominios, la relación con las tribus fronterizas y la conquista por el Imperio Romano.
Después, el grupo se dirigió a unos metros de distancia para conocer el trabajo de excavación arqueológica que realizaron los componentes de «Sputnik Labrego», donde se «asomaron» los restos de una casa que se cree de la época Sueva, en la que apareció estuco en las paredes.
José Fernández,experto en minerales y arqueología,aprovechó para advertir a los asistentes sobre el problema de los expoliadores del patrimonio en Valdeorras y contar la leyenda del caballero Santo Roldán y las tres costureras,que hace alusión a unas grandes piedras de cuarzo que hay en las cercanías del castro y dos petroglifos, uno a cada orilla del Sil.
Los asistentes quedaron impactados por la belleza del enclave y por la cantidad de restos romanos en la comarca de Valdeorras enumerados por los expertos.
A esta visita le siguieron los resultados presentados por «Sputnik Labrego» en el Centro Santa Lucía de Vilamartín, un acto al que acudieron el presidente del IEV, Aurelio Blanco Trincado; el arqueólogo Santiago Ferrer; José Fernández; Celtia Rodríguez y Mario Fernández Pereiro (doctor en Arqueología de la Universidad de Santiago de Compostela), estos dos últimos en representación de Sputnik Labrego.
Entre el material recuperado, se citó una pesa de un telar y gran cantidad de escoria —material que sale de la fundición de un horno—, de ahí que se estime que podría ser una zona de producción de fundición.
Ahora, el objetivo es proseguir con las excavaciones el próximo verano. Esto sólo ha sido el comienzo para volver a poner en valor lo que el propio alcalde de Vilamartín, denominó, «un tesoro» que puede ser fuente de dinamización turística.