El BNG reprocha al alcalde de A Rúa falta de transparencia

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El grupo nacionalista asevera que el regidor niega información y documentación a la oposición y se queja de que no convocase el pleno ordinario de enero

El BNG de A Rúa ha vertido críticas contra el alcalde, Álvaro Fernández, sobre el que dice que aplica una política de falta de transparencia y de cultura democrática. El grupo nacionalista afirma que el regidor niega documentación a la oposición, que tiene nulo respeto por la convocatoria ordinaria de los plenos, además de una carencia de diálogo con los grupos, la falta de entrega de actas de plenos y juntas de gobierno municipales y nula convocatoria de portavoces, entre otras.

Valora que es el gobierno local de A Rúa es el «más opaco y oscurantista de la historia del Concello de A Rúa».

La portavoz del BNG, María G. Albert, el grupo de gobierno «popular» ha sistematizado en este año y medio de mandato «unas formas que atentan directamente contra la representación popular y que, por tanto, constituyen una «absoluta falta de respeto no solo a una parte de la población que no votó a los grupos que sustentan el gobierno municipal sino también a sus propios votantes que carecen, en este contexto, del más mínimo control de cómo se está gestionando el Concello de A Rúa.

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Los nacionalistas hacen esta crítica después de la última controversia suscitada a raíz de la no convocatoria del pleno ordinario de enero que, en este momento, está aplazado sine día ante la baja laboral del secretario accidental. El BNG dice que esta baja sólo fue comunicada a los grupos a través de un correo electrónico sin que se haya articulado ninguna otra medida de comunicación con el fin de analizar las posibles alternativas que eviten la paralización del Concello y, por tanto, reclamaron por escrito la convocatoria de una reunión de la Agrupación de Secretaría.

El BNG argumental que el PP lleva un año sin entregar las actas de las juntas de gobierno local a los grupos. En esas reuniones es donde el PP y el RUA están aprobando la mayor parte de las facturas que generan y, por tanto, «no tenemos forma de fiscalizar la salida de dinero del Concello, al negar el acceso al Registro municipal, cuestión que el BNG lleva reclamando un año.

Albert destaca que todas estas y otras cuestiones son sinónimo de falta de cultura democrática de un alcalde que «pretende llevar el Concello como si fuese su empresa privada y que tiene un desprecio absoluto por la soberanía popular».