Desde lo sucedido duerme mal y tiene ansiedad y afirma que los agresores «tal y como actuaron no son principiantes»

El hombre de 35 años apuñalado en A Rúa el pasado 3 de julio se encuentra en Lugo, de donde es oriundo. Está de baja —es chófer de camiones— y a la espera de que le retiren las 40 grapas de la herida en el brazo que le llevó al quirófano por la lesión con arma blanca provocada por uno de los dos jóvenes que le agredieron la fatídica noche del citado día. Afirma que «solo quiero que se haga justicia».
Desde que lo apuñalaron, duerme mal, se ha puesto en manos de un psicólogo y tiene ansiedad. «Traumatizado, no se, pero muy nervioso sí estoy. Que la gente se ponga en mi piel», señala. Además, sí reconoce miedo a las represalias por parte de los agresores, de ahí que no quiera hacer público ni su nombre ni su imagen.
Eso sí, aún cuando su familia y amigos, todavía con el susto en el cuerpo, le aconsejan que no regrese a A Rúa, él seguirá visitando el municipio puesto que «mi pareja es de esta localidad «, puntualiza.
El agredido recuerda a la perfección lo ocurrido. «Yo me enfadé cuando fui a llamarles la atención porque estaban haciendo ruido en la calle Galicia, pero ellos me faltaron al respeto, con toda clase de insultos e intimidación«.
Lo que no esperaba, añade, es que poco tiempo después, al regresar de aparcar el coche, dos de ellos le tuviesen la espera a la puerta del portal, en la calle Silveira. «Tal y como actuaron, no son principiantes, desde luego. Yo tengo unos brazo corpulento y el que me apuñaló me lo perforó. Me pusieron 40 grapas y tengo venas cortadas. Tuve suerte de que no me atravesase una arteria», relata.
Si le ponen delante al que lo apuñaló posiblemente lo reconocería, pero «no al cien por cien puesto que era de noche, era más alto que yo y estaba muy nervioso. De hecho, aquel día ni siquiera vi el cuchillo. Uno de ellos, el cabecilla, vino hacia mí y me clavó. Fue todo muy rápido». No obstante —añade—, «hay testigos, gente que grabó vídeos y se saben quienes fueron».
Desde el día en que relató los hechos a la Guardia Civil, «nadie se ha vuelto a poner en contacto conmigo», detalla, de tal forma que ha conocido hoy por la prensa que los agentes tomaron declaración en calidad de investigados a dos supuestos agresores, de 19 y 22 años, y que el caso fue derivado al Juzgado. Puede asumir que los agresores estén en casa hasta que los llamen a juicio, «lo entiendo, pero lo que no me entra en la cabeza es que días después de lo sucedido vuelvan a estar en el mismo lugar y haciendo exactamente lo mismo«, señala, de modo que ¿y si vuelve a ocurrir otro caso similar con otra víctima?
El hombre apuñalado en A Rúa señala que «no me hace gracia que los agresores anden por ahí, pero quiero pensar que se hará justicia, confío en que será así. Soy camionero, ahora, ¿qué?, ¿hasta cuándo no voy a poder trabajar? Lo que me ha sucedido no es ninguna broma», concluye.