Ana Cristina Gómez Rodríguez, natural de Petín (que vive en A Rúa), recibió el “Premio al mejor manejador de bueyes” de 2018 en Chantada (Lugo) el pasado mes de agosto. Competía nada menos que con 11 hombres, cada uno de los participantes con un carro y una pareja de bueyes. Es la primera mujer que obtiene este galardón y una de las pocas que hay en España que dominan una actividad que, en el pasado, fue considerada masculina.
Con una amplia y entrañable sonrisa, Ana Cristina se pone delante de los bueyes, con su vara, para guiar la yunta con los bueyes unidos por el yugo. Lo hace con toda naturalidad. Sin temor. Con seguridad, tranquilidad y aplomo. Sin embargo, ponerse delante de bueyes que pesan más de 1.000 kilos exige valor, paciencia, amor por los animales y una destreza que esta mujer ha demostrado con creces. Y es que ser “manejadora de bueyes” no es sencillo aún cuando sean mansos porque, como cualquier animal, pueden ser imprevisibles.
¿Qué significa para ti este premio?
Para mí es un orgullo como mujer, pues supone un reconocimiento en cuanto a que las mujeres también pueden hacer este trabajo considerado de hombres. Ponerse delante de una pareja de bueyes, que son animales con temperamento, exige valor. No se atreve cualquiera, y más a manejarlos. A mí me encanta. Pero este premio también es un reconocimiento al trabajo de mi marido, Mario Nogueira, pues quien me enseñó a mí a manejar bueyes fue él. Es un reconocimiento a su trabajo y al mío.
¿Fue un premio inesperado?
Sí. Me puse muy contenta, me hizo mucha ilusión. No lo esperaba. Esperaba, como otras veces, que fuesen los bueyes los que recibiesen el premio a la mejor pareja, como hace unos días en San Froilán en León, pero la mejor manejadora…no, no lo imaginaba.
Este premio tiene mérito porque, entre otras cosas, no te criaste con animales
No. No me crié con animales. Cuando era niña, como mucho iba los veranos a casa de mis abuelos, en Cambela y Chao das Donas (O Bolo), donde tenían una pareja de vacas y ovejas y, de vez en cuando,iba con ellos al monte. Tuve contacto con los buyes a raíz del trabajo de mi marido, Mario Nogueira, ayudándole en ferias, concursos y con los animales. Y la verdad que esta tarea me enganchó y me gusta.
¿En qué consiste manejar a los bueyes, encierra algún peligro?
En una romería normal hay que dirigirlos, controlar que estén tranquilos, que se porten bien delante de la gente. Son animales, nunca dejan de serlo y puede haber algún imprevisto con ellos. Pero en una romería como la de Chantada, donde me dieron el premio, hay que dar un paso más, requiere una complejidad mayor pues son unos carros grandes, pesados, hay que subir cuestas, el camino es empinado, y los bueyes tienen que tirar. Si se paran en el medio de la cuesta pueden detenerse definitivamente, no arrancar, pues son carros que pesan mucho. Eso no lo hace cualquiera, hay que hacer todo muy bien desde el principio.
¿Requiere algún «ensayo»?
No. El “ensayo” es que los bueyes estén bien amansados, que te hagan caso, que tengan voluntad y que te conozcan.
¿Qué bueyes llevaste a Chantada?
Curiosamente suelo llevar bueyes “alistanos” a las romerías, que fue los que ganaron el premio en León. Pero llevé otros de raza «barrosa».
Los bueyes imponen y, como dices, tienen su temperamento. ¿Alguna vez te han puesto en algún aprieto?
No. Al principio, tenía mis miedos. Pero ahora ya tengo confianza, voy evolucionando en el manejo de los mismos.
Eres prácticamente la única de España “manejadora” de bueyes…
Reconocida hay sólo una en Soria, la “yuntera soriana”. En el anonimato posiblemente habrá alguna más. Pero somos muy pocas, sí.
En cada romería vas con una indumentaria que llama la atención, ¿haces tú el diseño?
En la mayoría de los casos reciclo cosas que tengo por caso, aunque yo no coso. Pero otras veces te proporcionan la vestimenta como una exigencia de la organización del evento. Así, en los últimos días, en la Romería de San Froilán de León tuve que ir con un traje regional que me prestaron ellos. Pero, por ejemplo, el vestido que llevaba en la recogida del premio en Chantada lo hice yo, es más bien “reciclaje”.
Tu marido y tú habeis hecho de la ganadería un modo de vida diferente, donde los bueyes tienen gran protagonismo
Como me dijo una amiga, con cosas de antes nos estamos labrando un futuro. Para nosotros es una forma de vivir. Tenemos la carnicería y, al mismo tiempo, participamos con nuestros bueyes en romerías, en películas, series, campañas publicitarias… Es mucho trabajo. A veces hay que «robarle» horas al sueño porque para ir a una romería, por ejemplo, hay que preparar los bueyes dos días antes, desde la limpieza a otros detalles; hay que levantarse a las cuatro de la madrugada para llegar a los lugares con tiempo suficiente;cargar los animales etc. Todo ello exige mucho trabajo por detrás, que no se ve. Mi hija y mi hijo también se implican mucho para ayudarnos. Y vamos a seguir.
(Ana Cristina Gómez se siente muy orgullosa e ilusionada con un premio que considera que es un aliciente para continuar su modo de vida vinculada a la ganadería con su marido; a sus bueyes, que llevan por toda Galicia, España y Portugal en nombre y promocionando su tierra. Una mujer sin duda sobresaliente)
