El primer paseo infantil en A Rúa, después de seis semanas de «encierro» debido al confinamiento, se caracterizó por la presencia de muy pocos niños y niñas en las calles.
La salida fue tímida. Tanto es así que O Aguillón, con cientos de hectáreas a disposición de los pequeños estaba completamente vacío durante la tarde. Sólo siete personas muy distanciadas entre sí.
En este escaso movimiento de población infantil, tal vez influyó el día gris o el miedo al COVID-19.
Eso sí, los que salieron explicaron que tenían muchas ganas de correr por las calles.
Las calles del casco urbano a primeras horas de la tarde del domingo lucían prácticamente desiertas.
Eso sí, los que salieron lo hicieron con ganas y, en algún caso, monopatín.
Por el centro, ni un «alma». Tan sólo el paso de los coches de la Guardia Civil y Policía Local.
Asfalto desierto: ¿Estamos acostumbrados ya al confinamiento?
En O Aguillón, zona de esparcimiento por excelencia, dominó la soledad del confinamiento. Apenas registró movimiento.
No obstante, quedan días por delante para hacer uso de la hora diaria que autoriza los niños a pasear.
