El joven deportista de O Barco compagina sus estudios con la bicicleta, que es su sueño
Víctor Delgado Conde es un joven de 16 años natural de O Barco de Valdeorras. Actualmente, combina sus estudios de 1º de bachillerato tecnológico con una incipiente carrera en el mundo del ciclismo. Desde que dejó el fútbol, deporte que practicó desde los 6 hasta los 14 años, pasando a nivel federado por el Club Deportivo Rúa, Víctor ha encontrado en el ciclismo no solo una pasión, sino también un estilo de vida que le exige dedicación, esfuerzo y disciplina.
El confinamiento de 2020 marcó un antes y un después en la vida de Víctor. Con las restricciones sociales y la imposibilidad de reunirse con amigos, encontró en la bicicleta de montaña una vía de escape. Comenzó a explorar las rutas de Valdeorras y fue en una de esas salidas donde se unió a un grupo de ciclistas veteranos.
Esta experiencia le permitió mejorar su técnica y descubrir su potencial. “Al no poder hacer vida social con mis amigos/as, cogía la bici de montaña y hacía rutas por la zona de Valdeorras hasta que un día me uní a un grupo de ciclistas veteranos y poco a poco fui entrenando y mejorando. Tiempo después empecé en la bici de carretera con otro grupo de veteranos de la zona de O Barco y A Rúa. Al año siguiente, en 2022, competí por primera vez en 4 carreras de Cross Country y 1 de carretera en Galicia. Una vez finalizadas estas carreras, tomé la decisión de dejar el fútbol y dedicarme exclusivamente al ciclismo”, afirma el joven deportista valdeorrés.
Un deporte que le permitió conocer a mucha gente. “En el fútbol tienes tu equipo, tu grupo de amigos y conocidos en un círculo más reducido, y en el ciclismo compito a nivel nacional por lo que es mucho más amplio mi círculo de relaciones personales y deportivas”, asevera.
Para Víctor, el ciclismo es un deporte que exige mucho más que resistencia física. «Es muy duro, tanto física como mentalmente, y además conlleva un gran peligro por estar constantemente expuesto a los vehículos en la carretera», destaca, recordando a su vez que cuando comenzó en este deporte. “Estaba continuamente en alerta por el riesgo y peligro que implica ir en carretera y por ser una situación completamente nueva para mí. Hoy en día me lo tomo con más normalidad y no estoy tan preocupado” confirma.
Su rutina de entrenamiento es intensa, con entre 20 y 24 horas semanales, siguiendo las pautas de un entrenador personal y del equipo. Sin embargo, Víctor sabe que no solo se trata de entrenar: «El descanso y la alimentación son fundamentales para rendir al máximo».
Su trayectoria lo ha llevado hasta el equipo de Padrón (A Coruña) El Cortizo, la escuadra más destacada de Galicia y una de las más importantes de España con una gran implicación dentro del mundo ciclista. «Es un orgullo que hayan contado conmigo», afirma. Conde Delgado, a pesar de todo, es realista afirmando que “queda mucho camino por recorrer”, por ello trabaja día a día “aprendiendo y mejorando que es lo más importante” mostrando “un gran cambio para mejor” pero manteniendo los pies en el suelo.
Su llegada al conjunto padronés fue a través de su mecánico y compañero que conoció a alguien relacionado con el equipo, lo que le permitió contactar con los directores y finalmente formar parte de Cortizo.
Este año, Víctor y su equipo competirán en carreras de la Copa España, Copa Galicia, Campeonato Gallego de CRI (Contrarreloj Individual), Campeonato Gallego de Ruta y algunas de las vueltas más importantes a nivel nacional.
A pesar de su dedicación al ciclismo, Víctor no descuida sus estudios. Reconoce que compaginar ambas cosas es complicado, pero no imposible. «Si uno se organiza, se puede compaginar perfectamente. Es cuestión de disciplina», asegura. Para él, los estudios son primordiales, y su objetivo es seguir avanzando tanto en el ámbito académico como en el deportivo.
Aunque Víctor prefiere no plantearse metas a largo plazo, su enfoque es claro: Seguir trabajando y esforzándose día a día. «El futuro se irá viendo», dice con humildad. Su filosofía se basa en el sacrificio y la constancia, valores que le han llevado a donde está hoy y que, sin duda, seguirán guiándole en su camino.
Víctor es el ejemplo de que, quien quiere puede. Lejos quedan aquellas tardes de entrenamiento sobre el césped del «Vicente Solarat» de A Rúa, el cual cambió por el asfalto de Valdeorras para lograr su sueño.