Santiago de Compostela, última parada en el Camino

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Llegar a la Praza do Obradoiro es el momento final más emocionante en la travesía al corazón de Galicia

A medida que los peregrinos se acercan a Santiago de Compostela por el Camino de Invierno, el último tramo se convierte en una mezcla de emociones y paisajes asombrosos.

Esta ruta jacobea, que en el último año ha ido ganando adeptos, atraviesa zonas de gran belleza natural, desde la comarca de Valdeorras hasta llegar, como el resto de itinerarios, a la Praza do Obradoiro.

El Camino de Invierno tiene gran relevancia en la comarca de Valdeorras, un territorio histórico que ha sido durante siglos la puerta de entrada a Galicia para muchos peregrinos. La ruta se remonta a la Edad Media, cuando los caminantes optaban por ella para evitar las cumbres nevadas de O Cebreiro en pleno invierno. Una ruta segura, más baja y menos propensa a inclemencias en épocas frías, aunque eso sí, dura en algunos tramos.

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Desde Valdeorras, el Camino sigue el curso del río Sil, dibujando un recorrido de contrastes. Los peregrinos atraviesan viñedos milenarios que son la cuna del afamado vino de la Denominación de Origen Valdeorras.

A medida que el camino avanza, los peregrinos se sumergen en la Ribeira Sacra, a su paso por localidades como la de Chantada. El río Sil se convierte en un compañero inseparable, regalando vistas impresionantes a quienes cruzan por esta tierra de monasterios y laderas empinadas.

El Camino de Invierno también cruza la comarca do Deza llegando a Lalín, considerado uno de los centros geográficos de Galicia y donde se une al trazado del Camino Sanabrés. Todo ello antes de afrontar los últimos kilómetros que llevan a los peregrinos a recorrer diferentes
pueblos y concellos como los de Silleda, Bandeira o Santa Cruz de Ribadulla.

Finalmente, la llegada a Santiago de Compostela a través del Camino de Invierno, se hace como en la gran mayoría de itinerarios por el Pico Sacro, trasladando al peregrino por A Susana, Angrois, Ponte do Sar, pasando muy cerca de la Cidade da Cultura de Galicia, Fontiñas, Rúa das Orfas y el final emocionante en la Praza do Obradoiro.

Frente a la catedral se encuentra el Pazo de Raxoi, sede del Concello picheleiro y junto a estos dos edificios el Hotel Monumento dos Reis Católicos. Este edificio fue mandado construir en 1501 por los Reyes Católicos para atender a los enfermos y peregrinos del divino Xacobe.

El ambiente en la catedral, el abrazo al Apóstol y la satisfacción de haber superado un camino duro, de singular belleza y tradición, hacen de este tramo final una experiencia única.

El Camino de Invierno, con su peculiar trazado y la riqueza cultural e histórica que ofrece, se ha consolidado como una ruta jacobea perfecta para aquellos que buscan una experiencia diferente y más íntima hacia Compostela.

Su recorrido por Valdeorras, la Ribeira Sacra y comarcas como la de Silleda, proporciona un viaje de descubrimiento y belleza, repleto de paisajes inolvidables y momentos de reflexión.

En definitiva, el Camino de Invierno se alza como un tributo a la historia, la naturaleza y la fe que han llevado a miles de personas a emprender esta travesía hacia el corazón de Galicia.

Para muchos, estos últimos kilómetros representan la culminación de un viaje físico y espiritual que no sólo recorre paisajes, sino también el alma del peregrino.

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