Ensalzan el paisaje, la gastronomía y la gente de esta tierra
Roge Araque Arias y Rafa García Álvarez, de Madrid, realizan el Camino de Invierno. Peregrinan por muchas razones, tanto espirituales como para descubrir nuevos paisajes y pueblos, conectar con la naturaleza y, además, «para ponernos a prueba», dicen.
Eligieron el Camino de Invierno porque «nos encanta los lugares por los que discurre. El río Sil es una preciosidad y, después, está la gastronomía, que es fantástica. Y sin olvidarnos del trato excelente de la gente gallega», expresan.
Se confiesan enamorados de Galicia, tierra que conocen bien. «No tenemos lazos familiares aquí, pero sí afectivos pues nos gusta muchísimo Galicia. Tenemos amigos que han venido a aquí y una vecina que es de Verín, además de un amigo americano que se casó con una mujer de Lalín», relatan.
En la Comunidad gallega han estado muchas veces. Adoran la Costa de Morte y hasta hicieron un curso en las Rías Baixas para aprender a navegar. «Somos auténticos amantes de Galicia», comentan.
Han elegido expresamente esta fecha para hacer el Camino de Invierno. «La buscamos fuera de las épocas de aglomeraciones y está resultando estupendo», cuentan. Eso sí, les pilló el apagón, que les provocó el normal nerviosismo aplacado por la exquisita atención en el alojamiento en el que pernoctaron.
Entre los inconvenientes del Camino de Invierno citan que haría falta más infraestructura y la peligrosidad del tramo por carretera entre Vilamartín y A Rúa. «Lo hemos recorrido con bastante paso de coches y no es seguro», valoran. Al margen de ello, la experiencia es de diez.
Roge y Rafa siguen el Camino hacia Santiago.