El Círculo de Empresarios de Galicia con la colaboración del IGAPE organizó un encuentro dedicado a la internacionalización
El Círculo de Empresarios de Galicia celebró en O Barco de Valdeorras una nueva sesión del programa Capacita Directivos, dedicada a la «Geografía empresarial: internacionalización y exportación de productos locales», con la colaboración del Instituto Galego de Promoción Económica (IGAPE).
El encuentro, moderado por Pablo López, coordinador del Foro de Innovación del Círculo y dinamizador del programa Capacita Directivos, reunió a empresas, asociaciones y emprendedores del territorio para compartir experiencias reales de exportación y analizar los desafíos del tejido rural gallego.
El director del Área de Competitividad del IGAPE, Norberto Penedo, abrió la jornada destacando la importancia de «acercar la Administración a las comarcas gallegas» y de acompañar a las pequeñas y medianas empresas «que también exportan Galicia». Recordó en este sentido los programas Conecta Lugo y Conecta Ourense y la puesta en marcha de la Oficina Económica de Galicia, que ofrece atención presencial o telemática a los empresarios. «Galicia es un territorio exportador por naturaleza, pero tenemos que diversificar más«, señaló.
Mencionó como retos inmediatos la digitalización, la sostenibilidad, la innovación y la captación de talento, e invitó a las empresas locales a «tirar del IGAPE» siempre que lo necesiten.
Por su parte, Marisol Díaz López, propietaria de Adega Bella y representante de la Asociación de Empresas Ribeira Sacra Next, subrayó la importancia de la colaboración entre pequeñas bodegas y negocios del territorio para fortalecer la exportación.
«Cada uno aporta su experiencia, pero el objetivo común es que nuestras bodegas y productos viajen unidas, que Galicia esté más presente fuera», señaló.
Del godello a la pizarra
En el diálogo central participaron Marta Sertaje Nogueira, directora de exportación de Adega A Coroa, y Javier Tato, gerente de Pedraval, dos sectores clave de Valdeorras.
Marta Sertaje explicó que su bodega decidió salir al exterior «para diversificar riesgos y dar a conocer el godello y Valdeorras en el mundo» pues «no se trata solo de vender vino, sino de vender territorio», afirmó.
Relató su experiencia en mercados como Estados Unidos, Japón o República Dominicana y el valor del apoyo institucional en las primeras etapas: «El IGAPE y las cámaras de comercio fueron esenciales para una bodega pequeña como la nuestra».
Javier Tato contó cómo Pedraval, nacida en 2004 en el entorno pizarrero, se reinventó tras la crisis de 2008 aprovechando material de descarte para fabricar productos de decoración exterior. «Pasamos de depender del mercado nacional a exportar a Francia, Alemania, Bélgica y Holanda”, explicó. «Nuestro ADN es exportador, pero con prudencia».
Ambos coincidieron en que la colaboración entre empresas gallegas en ferias y misiones conjuntas «marca la diferencia» y pidieron reforzar la cooperación público-privada.
Unión e infraestructuras
Amparo Rodríguez Ferrer, representante de la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO), subrayó las dificultades para atraer trabajadores y talento a la comarca: «Queremos fijar población, pero sin transporte ni servicios es imposible».
Teresa García, gerente de la Asociación de Empresarios de Valdeorras (AEVA), insistió en la necesidad de «sumar bajo paraguas comunes» con la Xunta, el IGAPE y las asociaciones vecinas para superar el aislamiento logístico.
Mientras, desde la Asociación de Empresarios da Ribeira Sacra, su gerente David Diéguez Rodríguez defendió una visión compartida: «Debemos vender territorio, no competir entre nosotros. Nuestra fuerza está en la identidad colectiva».
El rural emprende
El formato participativo permitió dar voz a proyectos emergentes del rural como las hermanas de Viana do Bolo que continúan el legado familiar elaborando androlla y botelo artesanos, o Diego, joven productor de aceite de oliva autóctono en A Rúa, centrado en recuperar variedades gallegas tradicionales.
«Queremos diferenciar nuestro aceite por el territorio y por su historia», señaló, reflejando una nueva generación que apuesta por innovar sin perder raíces.
El coloquio derivó en una reflexión coral sobre los retos del interior gallego: la falta de mano de obra, los costes logísticos y la necesidad de un cambio de mentalidad.»Somos muy gallegos y muy individualistas, admitieron varios asistentes, pero solo unidos podremos vender Galicia al mundo».
El cierre de la jornada corrió a cargo de Pablo López, que sintetizó el espíritu de Capacita Directivos con un mensaje que resonó entre los asistentes: «Estos encuentros no son solo para aprender, sino para escucharnos. La internacionalización empieza aquí, en el territorio, cuando compartimos lo que somos. Si conseguimos cooperar, Galicia no tendrá límites».
Sus palabras pusieron el broche final a una sesión que demostró que la internacionalización empieza con cercanía, colaboración y orgullo de origen.












