Joaquín Rebolledo, la prestigiosa bodega con alma familiar

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La empresa, referente en el mundo del vino, proyecta una nueva marca selecta, «top premium»

La Bodega Joaquín Rebolledo no necesita carta de presentación. Situada en A Rúa, es un gran referente en el mundo del vino. Con nombre propio, el de su creador, todo un pionero en el arte de hacer vino, esta bodega familiar ha sabido conservar el espíritu, raíz y esencia de su fundador sumando nuevas ideas y corrientes de la segunda generación que hoy lleva las riendas, Mercedes Rebolledo Cortés (hija del fundador) y José Ramón Rodríguez. Ambos, más allá del amplio reconocimiento nacional e internacional de la bodega, de incontables premios y la continua conquista de mercados, sienten el inmenso orgullo de la filosofía de su bodega familiar, que conjuga tradición, historia e innovación para crear los vinos más exquisitos.

Joaquín Rebolledo es toda una institución del vino. Su fundador fue uno uno de los precursores y pioneros en Galicia en la apuesta por la vitivinicultura, las variedades autóctonas y elaboración de vinos de calidad. Comenzó haciendo vino para él y sus amigos, en el bajo de su casa, con plantaciones que pertenecían a su familia. Poco a poco, fue profesionalizando y ampliando la bodega. Abogado de profesión, pasó a ser viticultor-bodeguero.

Rebolledo supo ver el potencial del vino de Valdeorras fundando la sociedad hace 44 años, en 1978. Su primer vino vio la luz en 1982. Desde entonces, no ha dejado de crecer siendo una de las firmas del vino más relevantes a nivel mundial. El espíritu del ya fallecido fundador sigue muy vivo y presente, formando parte de la identidad de una bodega con una definida personalidad propia, singular, que se asoma en la creación de sus vinos.

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Su esposa, Esther Cortés, también fue clave en la evolución de la bodega, dirigiendo la bodega durante cerca de 20 años, después de perder a su marido, llevando adelante y forjando lo que es hoy esta emblemática empresa.

La excelencia de la bodega está marcada por la calidad, que empieza en los viñedos, con la aplicación de técnicas naturales, sostenibles. sin pesticidas y un delicado tratamiento de los suelos de sus viñedos y las uvas. Es aquí donde ya se perfila la expresión, carácter y alma de sus vinos, con una profundidad de aromas y sabores que se resumen en su buen hacer.

Joaquín Rebolledo crea vinos con alma, tradición, historia, innovación, autenticidad y compromiso con la tierra de la mano de la experiencia, la sabiduría tradicional y la actualización constante que exige este sector.

Joaquín Rebolledo es una de las grandes bodegas de la Denominación de Origen Valdeorras con un prestigio indiscutible, que triunfa en el mundo entero. «Intentamos que el nombre de Joaquín Rebolledo siga asimilándose a vinos de calidad», dice José Ramón Rodríguez, una realidad que ya le ha valido incontables premios.

Su principal mercado es Galicia, si bien comercializa sus vinos también en toda España, países de Europa, Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica. Produce medio millón de kilos de uva al año, que se traducen en cerca de 400.000 litros de vino al año, mitad godello, mitad mencía inclinándose un poco más la balanza hacia esta última, variedad de tinto que también la caracteriza.

Cuenta con cuatro marcas, dos de ellas de vinos de parcela, procedentes de sus viñas más exclusivas, y ahora diseña una quinta referencia en tinto selecta, «top premium».

José Ramón Rodríguez cuenta los entresijos de la reconocida y prestigiosa bodega.

«La calidad de los vinos empieza en las viñas»

Valdeorras de Cerca: ¿Qué singularidades tiene los vinos de Joaquín Rebolledo?

La calidad empieza en las viñas. Tenemos viñedos propios, con una edad considerable, y unos viticultores a los que desde hace muchos años le compramos la uva. Esto permite mantener una calidad excepcional. Y eso se consigue en la viña. El viñedo es lo fundamental para hacer un vino de calidad. Trabajamos los viñedos con técnicas no intervencionistas, sin pesticidas; aramos la tierra como antiguamente, usamos abonos ecológicos y no empleamos herbicidas. Esto ha sido uno de los grandes cambios en los últimos años que se nota en los vinos.

VdeC: ¿Los vinos jóvenes, afrutados, triunfan?

En Galicia no se demandan tanto, pero fuera cada vez más. Los vinos jóvenes, sin mucha carga alcohólica triunfan. Y en esta modalidad, las Denominaciones de Origen de Galicia y, por supuesto Valdeorras, somos especialistas porque tenemos unas condiciones y clima apropiado para ello.

VdeC: ¿El «godello» sigue siendo el rey?

El godello está de moda. El crecimiento es mucho mayor en godello que en mencía. Creo que los vinos blancos gallegos, en general, están triunfando en todo el mundo y el godello en particular. La producción, que es muy limitada, nos coloca en un nivel de vinos más exclusivos.

VdeC: ¿Cuáles son las marcas de la Bodega Joaquín Rebolledo?

La bodega tiene en este aspecto un gran atributo, la sencillez. Hacemos dos gamas de vinos blancos y tintos: jóvenes y de crianza. Joaquín Rebolledo Godello y Joaquín Rebolledo Mencía, que acaparan el grueso de la producción. Después contamos con dos vinos de parcela, Joaquín Rebolledo Tinto Barrica y Joaquín Rebolledo Godello Finca de Trasdairelas.

VdeC: Joaquín Rebolledo Tinto en Barrica fue el primer tinto de reserva en Galicia

Joaquín Rebolledo Tinto Barrica es una producción limitada. Sale exclusivamente de la viña de Pedrazais (A Rúa), con una elaboración que ya trazó el fundador, Joaquín, que fue pionero también en este tipo de elaboración. Fue el primero que hizo un vino de reserva, con crianza en madera. La segunda generación lo hemos perfilado, adaptado a la demanda del mercado.

Además de mencía lleva otras variedades como sousón, brancellao, merenzao y garnacha, entre otras. Se cría en maderas de roble francés, en barricas de 300 litros, y en una cueva natural del siglo XVIII durante cerca de un año. Lo vamos catando hasta que está listo y perfecto para sacar de las barricas.

VdeC: ¿Y el vino blanco Finca de Trasdairelas?

Sale también de una viña de Trasdairelas (A Rúa), de una parcela de una hectárea. Es una finca muy especial porque tiene un marco de plantación muy estrecho y todos los trabajos son a mano. Hay muchas cepas, de modo que «hay competencia» entre ellas y la producción es muy baja, con una calidad extraordinaria. La manera de elaboración es mediante barricas de 500 litros para la crianza del vino. Pretende ser un vino de segundo año, como un crianza pero en blanco. Tanto el citado tinto como este blanco son selectos, del segmento premium.

VdC: ¿Cuál es el nuevo proyecto de Joaquín Rebolledo?

Estamos perfilando sacar un nuevo vino, «top premium», muy selecto, en tinto.

Vdc: El mundo del vino es puro arte…

Es un mundo muy técnico y al mismo tiempo muy creativo. Y cada temporada es diferente. Es todo un proceso que parte de la viña y que precisa mucha maquinaria, tecnología, un control perfecto del equipo de frío y la fermentación. Pero el vino sale de la viña.

VdC: Joaquín Rebolledo ha perdido ya la cuenta del número de premios recibidos…

Los premios son importantes, porque suponen un reconocimiento al trabajo de la bodega, pero lo más importante es el premio del público, que los vinos gusten, que tenga demanda y estén en las cartas de los mejores restaurantes del mundo. Los tres galardones que recibimos en la Feria del Vino de Valdeorras, mediante cata a ciegas, tuvieron un valor especial, emocional y personal.

VdC: ¿A Rúa tiene unas condiciones especiales para el vino?

El vino de A Rúa siempre fue muy apreciado. Cuenta con laderas únicas con unas condiciones excepcionales y materia prima excelente para la viticultura. Joaquín Rebolledo es también un canto a esta tierra.

VdC: Después de haber llegado tan lejos, con tanto reconocimiento, ¿qué le queda por hacer o donde le gustaría llegar a la bodega?

Lo difícil no es llegar sino mantenerse. Todos los años, la meta es mejorar, seguir haciendo que el vino de Joaquín Rebolledo esté en un alto nivel.

VdC: Si Joaquín Rebolledo «levantase la cabeza», ¿qué sentiría ?

Creo que se sentiría contento. La bodega ya era importante, tenía fama y prestigio cuando él vivía. Estaría orgulloso porque es muy bonito mantener la empresa familiar. Joaquín Rebolledo es una bodega familiar y queremos conservar este tipo de explotación pues da un punto de vista diferente.