El Camino de Invierno, la ruta jacobea más solitaria

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Cada vez es más elegida por los peregrinos por su espectacular paisaje y ausencia de masificación

El Camino de Invierno es la ruta jacobea por excelencia menos masificada, casi «virgen», pura, íntima, solitaria, profunda, que permite conectar con uno mismo y el entorno, una experiencia extraordinaria para los peregrinos que, cada vez más, es elegida para peregrinar a Santiago de Compostela por sus singularidades. Abarca 262 kilómetros salpicados por los paisajes de las cuatro provincias de Galicia interior, surca Valdeorras, la parte sur de la Ribeira Sacra y El Bierzo, comarca esta última de la que parte. Al completo o por etapas, hacer el Camino es una experiencia inolvidable.

La primera etapa es Ponferrada-Puente de Domingo Flórez (León), 35 kilómetros, en los que ya se despliega su hermoso paisaje con árboles frutales, nogales, almendros y cerezos, además de viñedos, casas típicas con grandes balconadas y algún castillo, además de Las Médulas (Patrimonio de la Humanidad), la monumental explotación que realizaron los romanos para extraer el preciado oro.

El Camino sigue hacia Pumares y Sobradelo, haciendo su incursión en Valdeorras, con magníficas estampas en sus senderos, caminos, pueblos, el río Sil, el trazado del ferrocarril, alguna nave de pizarra, ermitas, fuentes, una aldea abandonada y naturaleza en estado puro.

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Aquí se puede contemplar todo tipo de vegetación, especialmente en primavera, con parajes de flores silvestres, lavanda, tomillo y con colores y aromas que envuelven el caminar del peregrino. Surca el pueblo abandonado de Nogueiras (Carballeda), donde la rojiza piedra de las construcciones llama la atención, entre ellas la de un horno. También, las panorámicas vistas de Sobradelo dignas de fotografiar.

Ya en Sobradelo (Carballeda) hay rincones especiales para el peregrino, como el mirador del olivo, donde se visualiza la localidad y su emblemática Ponte Nova, el puente de siete arcos construido en el siglo XVII.

El Camino de Invierno prosigue hacia Éntoma (O Barco de Valdeorras), surcando su puente romano sobre el río Galir, la iglesia de San Juan Bautista (con la inscripción de la Cruz de Malta pues perteneció a la orden de San Juan de Jerusalén) y parajes naturales.

En O Barco sigue su curso por el casco antiguo (calle Real), con casas blasonadas envueltas en flores, y el gran paseo de O Malecón, donde el río Sil preside este espacio urbano.

La ruta prosigue hacia Vilamartín. La Pasarela sobre el río Sil llama la atención del peregrino y el área recreativa de O Bañadoiro. Se puede contemplar el puente de A Rodeleira, sobre el río Leira y ver la presa de Santiago (Valencia do Sil). Aquí la ruta se bifurca en dos alternativas para llegar hasta A Rúa, una que discurre por la montaña y la que que traza la carretera N-536.

Al llegar a A Rúa se encuentra la ermita de San Roque, y cruza A Rúa Vella, donde se encuentra la iglesia parroquial de San Esteban, que alberga una talla de Santiago Peregrino. En el mismo entorno se puede visualizar una placa romana Lucio Pompeio Reburro Fabro, el primer valdeorrés documentado. Le sigue el barrio de Fontei, con su imponente iglesia parroquial (estilo Gaudí) y la denominada Casa Grande.

A partir de A Rúa, el Camino ascienda hacia Os Alvaredos, Montefurado, Quiroga, Monforte y Chantada (en la provincia de Lugo); Rodeiro, A Laxe (Lalín), Ponte Ulla, Outeiro y Santiago de Compostela.

El Camino de Invierno, empleado ya por los romanos y surgió como alternativa en la época invernal a la dura subida de las cumbres nevadas de O Cebreiro, una ruta jacobea sorprendente que lleva a los que la eligen una vez, a repetir.