Esta ruta jacobea incrementa el paso de peregrinos extranjeros con procedencia de Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y distintos países de Europa
El Camino de Invierno es ahora más internacional. El paso de peregrinos procedentes de otros países es, ahora, frecuente, en una ruta atractiva por su belleza, tranquilidad y espiritualidad. Llegan a Valdeorras procedentes de Australia, Estados Unidos y otros países Europa, un fluir continuo que alcanza su punto álgido esta primavera.
El paso de peregrinos australianos se deja notar. «Hemos venido expresamente de Australia para recorrer el Camino de Invierno. Es muy tranquilo, no hay aglomeración, es maravilloso. Estamos encantados de conocer esta tierra», dice un grupo de Australia.
«Es mi quito Camino», comenta un peregrino australiano, que peregrina solo y a varios días de diferencia con respecto al anterior grupo.

En la misma línea se pronuncian peregrinos estadounidenses entusiasmados por haber viajado desde tan lejos para vivir esta experiencia.

Ya desde Europa, Oana Moldovan, de Rumanía, realiza por primera vez el Camino de Invierno. El año pasado hizo el primitivo y hace dos años, el inglés. «Es un poco duro, pero es precioso», dice.
Con un espíritu aventurero, peregrina sola. Pero no tiene miedo, solo «tengo temor a los perros sueltos, que aparecen en algunos del Camino. Por lo demás, muy bien. El Camino es seguro», expresa.
Y así sigue fluyendo el Camino de Invierno, que este mes de mayo se mueve.
El albergue de peregrinos en A Rúa, reconocido por los peregrinos

El Camino de Invierno registra un paso continuo de peregrinos. No todos se alojan en los albergues, hay quien opta por establecimientos privados, pero muchos sí. Andrea, voluntario de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago (AGACS), que atiende el albergue de A Rúa, da fe del movimiento que registra estos días el Camino de Invierno.
«Hay días que hay un peregrino alojados y otros en el que el albergue está lleno. Están pasando todos los días peregrinos por el Camino de Invierno, muchos de ellos extranjeros. Aquí han pernoctado de Alaska, Texas, Australia, Nueva Zelanda entre otros muchas nacionalidades, además de países de Europa y, por supuesto, de España», cuenta este voluntario.
Destaca la armonía que reina en el albergue. «Los peregrinos son muy respetuosos. Cenamos, en plena convivencia, y duermen».

El albergue de A Rúa es reconocido por su atención a los peregrinos, que dejan dedicatorias por el buen hacer en las instalaciones.
El Camino de Invierno, aquella ruta jacobea cuyo paso era testimonial, sigue cobrando fuerza, ahora también internacional.
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