Chuchi Estévez, un referente del baloncesto en Valdeorras

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El rués, criado entre balones y gradas, es uno de los pilares del Muebles Victoria y forma parte de la historia de este deporte en A Rúa y O Barco

Antonio Estévez López nació en A Rúa en el año 1981, por lo que en este 2025 cumplirá 44 años. Aunque todo el mundo lo conoce como “Chuchi”, es actualmente uno de los referentes del Muebles Victoria de baloncesto. En el equipo de O Barco sigue sumando temporadas, en una trayectoria que aún no tiene fecha de caducidad.

Para saber más de “Chuchi”, hay que destacar que su vida está ligada al baloncesto desde su nacimiento. Su padre, “Chucho” Estévez, fue el alma mater de este deporte en A Rúa. “Yo estuve desde niño con el balón en las manos. En el pabellón que estaba recién inaugurado me pasaba casi todos los días jugando”, señala.

Reconoce que conoce el mundo gracias al baloncesto. “Son muchos pueblos, ciudades… En A Rúa íbamos a Ourense por A Pobra de Trives. A los rivales se les hacía pesada la carretera. Conocí a mucha gente gracias al baloncesto. La evolución del baloncesto… En los 80 era lo principal, luego decayó y ahora se ha recuperado. Fue una época dorada gracias a Epi, Villacampa… Estaba en auge, decayó y luego, gracias a los Gasol y compañía, la gente volvió a ver que es un deporte bonito para ver y de jugar”.

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El jugador rués fue escalando desde las categorías inferiores hasta debutar con el Rúa en Chantada, con apenas 16 años, allá por la temporada 1997-1998. “Despuntaba un poco más. El Chantada acabaría jugando en la Liga EBA. Estuve tres años en el sénior hasta que se terminó la andadura”, relata.

Y es que el nuevo milenio trajo consigo el final del baloncesto en A Rúa. Mientras en O Barco el Muebles Victoria femenino luchaba por mantenerse en Segunda División y creaba equipos en todas las categorías base, a apenas 15 kilómetros, el parqué del Victorino Núñez de A Rúa dejaba de ver baloncesto de un día para otro. “No había presupuesto, ni jugadores, mi padre perdía dinero… y se acabó”, resume resignado el rués.

Chuchi cambió el balón de Basket y la canasta por la pelota de fútbol sala y las porterías, jugando en la liga comarcal, cuando tenía tres divisiones. “Después, a través de Manuel Núñez, me metí en el arbitraje y estuve dos años arbitrando en O Barco, y alguna vez en Ourense. Así me volvió a entrar el gusanillo del baloncesto, porque lo mío es el baloncesto”.

En 2008 se fundó el Barco Proinor, que jugó cuatro temporadas en categoría provincial. “Antonio, de Proinor, fundó el equipo. El primer año casi ascendemos, y en 2013 se dejó el equipo”, aclara.

Fue apenas dos años después, en agosto, cuando una llamada de José Luis Gómez (“Victoria”) llevó de nuevo al rués a la cancha de baloncesto. Victoria quiso contar con él para su nuevo equipo sénior. Aceptó la oferta y trajo, además, a varios jugadores desde A Rúa. “Ahora estoy disfrutando de mi pasión. La gente en Ourense aún me pregunta si sigo jugando, pero allí hay gente incluso mayor. Estos diez años han pasado volando. Desde el primer partido de liga en Maside, hasta hoy, volando”, recalca.

Rués de nacimiento, Estévez vivió los años de esplendor del deporte, con derbis incluidos contra el CB Barco. “En los 80 hubo muy buenos equipos, sobre todo de nivel sénior. En los derbis contra el Barco, O Aguillón se llenaba, pero con un ambiente muy sano. Era verlos y decir: Ojalá llegar ahí’”, resume.

Y es que Chuchi añora los años del baloncesto a orillas de O Aguillón, recordando que desde la marcha de su padre “nadie quiso meterse en el marrón”. Explica que el campus de Wayne Brabender sigue activo actualmente, pero no así el propio deporte. “El pueblo es más pequeño, pero hubo buenas generaciones. Se echa de menos que nadie haya seguido y que las instituciones no se interesasen en su momento. Se paró de golpe. Hace unos años me llamaron para una escuela deportiva. El alcalde de entonces me pidió que buscase gente, encontré a 16 personas y ya no me llamó más”, subraya.

A él, y a muchos otros, les gustaría que el baloncesto continuase, pero sobre todo a su padre, “Chucho”. “Dice que es una pena que desapareciera todo. Si llego a tener una escuela con niños pequeños, él estaría feliz”.

Detalla también que en esta comarca todo cuesta más, y a veces se pierde dinero, pero compensa por la satisfacción de ver a los niños contentos, recalcando el papel clave de las administraciones para que eso se logre. “No me explico que en A Rúa el pabellón esté casi vacío y no quieran hacer escuelas de baloncesto. Me da pena. Hay instalaciones, y el material son balones y cuatro cosas, porque hay niños a los que les gusta. Da igual el alcalde que sea, porque de los cuatro colores que ha habido, ninguno ha relanzado esto. Y hubo baloncesto, la gente lo vivió y lo jugó. Me preguntan, y les tengo que decir que no hay”, matiza.

Echando la vista atrás, el rués rememora la inauguración del pabellón con el Forum Filatélico –actual CB Valladolid– con Sabonis, y el Baskonia con Pablo Laso, llenando el polideportivo, o el sector de la Copa Galicia con los mejores equipos de la comunidad, tanto en A Rúa como en O Barco.

Con el paso de los años, la pregunta de si retirarse es cada vez más evidente. Este año apenas se ha perdido partidos de liga, y en esos estuvo en el banquillo. “Se sufre más”, destaca, pero también asegura que, mientras el cuerpo aguante y haya un equipo que confíe en él, seguirá jugando. “Si vienen jóvenes, me superan y me tengo que retirar, pues me retiraré. Mientras pueda seguir dando guerra, espero estar un par de años más. Saqué el título para entrenar a las categorías de base. El siguiente paso, cuando tenga tiempo, será sacar el nivel 1. La gente me dice que valgo para esto, pero de momento quiero seguir jugando”.

Es sincero al afirmar que se encuentra mejor con 43 años que con 30, en parte gracias a un estilo de vida más saludable. Ahora cuida su alimentación y hace deporte todos los días, y las lesiones lo respetan.

Tampoco obvia que cada vez es más difícil sacar un equipo a competir. “Los júnior se van a estudiar fuera, y cada vez hay menos ilusión. A través del club y de los jugadores, los que se van ya no vuelven. Si se hiciera una plantilla para ascender, igual algún jugador se animaría a venir los fines de semana o a salir por Vigo o Ourense. A principio de temporada éramos 9-10 fichas. El máximo son 15 licencias, 12 en convocatorias, y este año somos 11, más los júnior que aportan lo que pueden”.

“Da igual la edad que tengas y de dónde seas, si te gusta y quieres practicarlo, adelante”.

Chuchi Estévez continúa demostrando que la edad es solo un número si de verdad te gusta lo que haces. A sus 43 años, Antonio Estévez, sigue siendo el alma del baloncesto en Valdeorras. Forjado en el desaparecido CB Rúa, criado entre balones y gradas, hoy es uno de los pilares del Muebles Victoria de O Barco. Mientras otros cuelgan las botas, él sigue en la cancha, repartiendo asistencias y nostalgia con el mismo espíritu de cuando era niño.