Aurelio Blanco: «soy un coleccionista de colecciones que me gusta compartir»

Aurelio Blanco Trincado
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Aurelio Blanco Trincado, persona comprometida profundamente con el Instituto de Estudios Valdeorreses y la sociedad, preside desde hace algo más de siete la citada entidad, que cumple 40 años el 29 de noviembre. Su idea es no presentarse a la reelección en 2020, teniendo en cuenta que «ya tengo muchos años», dice, pero está dispuesto a seguir colaborando estrechamente con el IEV.

Blanco Trincado afirma que la pervivencia del Instituto de Estudios Valdeorreses es «un signo de vitalidad» y aún cuando en el tiempo pudo haber registrado algún altibajo, normal a la propia actividad, «en este momento sí dispone del compromiso y subvenciones de diversos organismos para nuevas publicaciones y proyectos del IEV», detalla.

Aurelio Blanco, memoria viva de O Barco y Valdeorras, afirma que son muchos los historiadores e investigadores que acuden a él para recabar documentación, que siempre comparte con sumo gusto.

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Aurelio Blanco, en un acto para la difusión de la figura de Florencio Delgado Gurriarán

El perfil de Aurelio Blanco es de todos conocido. Ha sido presidente, miembro o fundador de multitud de asociaciones de Valdeorras como Cáritas, Cruz Roja y Asfaval, entre otras. Su labor ha sido reconocida en incontables ocasiones siendo «Medalla de Plata de Cruz Roja» y «Barquense del año», entre otros galardones.   Y cuenta con grandes colecciones de documentos históricos, periódicos, carteles y fotografías de otras épocas que le han convertido en un «donante de historia». Así, ha realizado aportaciones al Museo Militar de A Coruña, el Teatro Real de Madrid, la Subdelegación de Gobierno, entre otras muchas.

¿Qué supone para usted presidir el Instituto de Estudios Valdeorreses?

Una gran satisfacción y orgullo. No soy, por supuesto, historiador. Toda mi vida tuve afición a la cultura y el coleccionismo. Creo que en el Instituto, y por parte de todas las personas que lo conforman, se llevaron a cabo muchas iniciativas en estos años.

Además de su contribución al IEV, es usted la memoria viva de O Barco y Valdeorras…

Hay personas que saben más que yo. Desde pequeño me dediqué a coleccionar cosas. Se me describió como el coleccionista de colecciones. Y es verdad. No tengo «el síndrome de diógenes» —bromea—, pero poco menos… En ese aspecto puedo decir que tengo mucha documentación, también en la cabeza, pues soy una persona de edad.

Su colaboración con la historia y la cultura es de todos conocida…

En la vida siempre me gustó compartir. Lo hice en los periódicos y ahora a través de Facebook. A todos los historiadores, sin excepción, les he facilitado información y documentación. Los profesionales han acudido a mí en demanda de documentos y tengo la sastisfacción de que, aunque no figure en muchas publicaciones, hay una parte, pequeña o grande, mía.

Aunque ya ha sido objeto de homenajes por su dedicación a la sociedad valdeorresa ¿siente reconocida la labor que presta?

No le doy valor a mi contribución. Es decir, siento que compartir es un obligación. Igual que han compartido conmigo, pienso que debo hacerlo con los demás. Se me ha reconocido a través de muchos homenajes que no merecía.

Aurelio Blanco Trincado, actual presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses

Al IEV le queda mucha vida por delante y por aportar…

Sí, por supuesto. Tenemos publicaciones de todas las épocas. Pero quedan muchas cosas por hacer. Hace muchos años dije que era importante el patrimonio arqueológico y no me hicieron caso. Y ahora se considera que es un recurso que incluso puede generar economía. El tiempo me dio la razón. Y me alegro muchísimo que eso haya ocurrido.

Dice que no se presentará a la reelección de la presidencia del IEV…

No. Mientras la salud no me falle seguiré colaborando con la persona que asuma el relevo. En principio, no me voy a presentar a la reelección, toca pasar el testigo.

La historia del IEV

Aurelio Blanco Trincado relata la historia del Instituto de Estudios Valdeorreses. El 29 de noviembre cumplirá sus 40 años, si bien ya venía desarrollando actividades desde hacía dos años antes mediante una gestora que presidió el historiador de Rubiá Ramón López Caneda. A lo largo de todo este tiempo fueron presidentes del IEV Xosé Gayoso Díaz, Francisco González Prieto, Avelino García Ferradal, Ángel Fernández Fernández y Aurelio Blanco Trincado.

El IEV pasó por diversas sedes como la Casa da Cultura, Caixa Ourense y Casino de O Barco hasta que se asentó definitivamente en la segunda planta y salón de actos de la Casa Grande de Viloira. Precisamente, la adquisición restauración de este edificio se debió a la gestión de la directiva que presidió Francisco González Prieto en la época de Tomás Pérez Vidal como conselleiro.

El IEV contó en principio con las secciones de Historia y Antropología «Pedro Tertuliano Hervella», que presidió Ramón López Caneda; Arqueología «Joaquín Gurriarán», que presidió Joaquín González Pérez; Bellas Artes y Artes Populares «Xaime Prada», que presidió Anxo Santomil García; Cine, Teatro y Fotografía, que presidió Carlos Romero Veiga; Ballet Folclórico, presidida por Pilar Castro Salgado; Excursiones, presidida por Tomás Terrón Mendaña; Publicaciones, presidida por Antonio Gómez Fuertes y Filatelia, presidida por Augusto Trincado Settier.

También creó dos cuadros de honor: «Miembros de Mérito», para personas vivas con méritos acreditados en la sociedad a través de la cultura; y «Valdeorreses Ilustres», para las personas fallecidas que acreditasen los mismos méritos. Además, los «Miembros de Mérito» pasan a ser «Valdeorreses Ilustres» al fallecer.

Los primeros «Miembros de Mérito» fueron Florencio Delgado Gurriarán, Lauro Olmo Gallego, Valentín Paz Andrade y Manuel Pérez Lista.

Los primeros «Valdeorreses Ilustres» fueron Pedro Tertuliano Hervella Nieto, Telesforo Ojea y Somoza, Darío César Fernández Crespo, Manuel Valcarce Gómez, Xaime Prada Fernández y Gonzalo Gurriarán Gurriarán.

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El Instituto de Estudios Valdeorreses también instauró premios literarios — «Pedro Tertuliano Hervella»—; de investigación histórica; de investigación costumbrista para jóvenes —»Xosé Gayoso Díaz»—y de fotografía —»Manoel Blanco Pascual»—, que adquirió dimensión internacional.

Ha realizado casi un centenar de publicaciones, entre libros y cuadernos ordinarios y monográficos. En estos cuadernos han participado los mejores escritores y científicos tanto gallegos como de otros puntos de la geografía española. De hecho, son solicitados por distintas universidades y grupos de investigación, además de figurar en la bibliografía de numerosas tesis doctorales.

Las publicaciones han sido patrocinadas por la Diputación provincial de Ourense, la Xunta, empresas del sector de la pizarra y de la electricidad.

En cuanto a las actividades, Aurelio Blanco, señala que el Instituto de Estudios Valdeorreses siempre fue muy receptivo para acoger otras agrupaciones bajo su patrocinio como «Los Escarbadores», el «Ballet Sorrisas», la «Sociedad Filatélica» y «Amigos del Museo». Con el tiempo, se fueron independizando.

La entidad ha desarrollado hasta 19 «Semanas de Historia», dedicadas a la historia pero también a la cultura del vino y otras temáticas. En su haber hay más de un centenar de conferencias.

El IEV también ha «tutelado» a numerosos estudiantes en sus trabajos de postgrado, facilitando información y bibliografía. Y ha colaborado en documentales, películas, prensa y radio.

Además, ha colaborado con los investigadores y arqueólogos que estudian las pinturas rupestres de Casaio, los colmenares y el castro de Valencia do Sil.

A su vez, el IEV es miembro fundador de las «Letras de Florencio».

El IEV dispone de una biblioteca digna de mención. Posee alrededor de 6.000 libros, la mayor parte de contenido histórico. A ella han acudido muchos investigadores de España y Portugal. Y ha realizado donaciones de libros a colegios, institutos y residencias.

El Instituto de Estudios Valdeorreses está vivo. Abre todos los días del año al público, de 10,00 a 12 del mediodía y de 14 a 16,30 horas.