El belén de A Veiga, cuyas figuras se asoman por las calles de la localidad, es la naturaleza misma hecha belén, el más original, sostenible, visitado y fotografiado en los últimos días.
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Su singularidad está en los elementos naturales al cien por cien: troncos, ramas, xestas, madera y hojas transformadas en figuras donde, además del pesebre y el apalpador, destaca el reino animal propio de la zona.
Podría decirse que es el belén más original, sostenible y natural, al tiempo que cuenta con un soplo de vida rural y «enxebre» que pone en valor este rincón de la geografía gallega y multiplica su atracción y, por tanto, el número de visitantes.
No en vano está registrando vistas de muy diversos lugares movidos por la curiosidad y el asombro que producen sus figuras.
En esta iniciativa, que proyecta A Veiga más allá de sus fronteras, se han involucrado de lleno vecinos y vecinas, además del Concello, destinando largas horas a la elaboración de este gran belén que aspiraba a ser el más grande de Galicia.
Un belén artesanal, que marca la diferencia y no deja indiferente a los visitantes. Se puede visitar hasta el próximo 7 de enero.
A Veiga puede presumir de una decoración navideña que va más allá: la apuesta por lo propio y su proyección.
