La localidad vivió su Festa Pequena, la antesala de lo que será hoy la gran fiesta de las «covas»
Sara Fernández pronunció el pregón de la XXV Festa das Covas de Vilamartín durante el día que se rindió homenaje a los «coveiros» de la localidad, una jornada antes a la gran Ruta das Covas que, hoy, llenará las singulares cuevas del vino de miles de visitantes. Manuel Ferrer, presidente de la Asociación de Coveiros, fue la persona encargada de presentar a la pregonera.
Sara Fernández habló del significado de las «covas» para Vilamartín y de sus primeros recuerdos en torno a ellas como ir a buscar a su abuelo a la «cova». «Las covas eran una especie de «refugio espiritual y espirituoso» —definió— en el que se hablaba y compartía.
Citó anécdotas de vecinas y vecinos, el día de A Madalena, cuando todas las familias merendaban en las «covas» empanadas y anguilas; la divertida historia de un joven que echaba piedras dentro de la cuba del vino para que su padre no se diese cuenta de que le bebía vino; la «argucia» de amigos que cuando ya estaban llegando a casa se inventaban que no habían cerrado las covas y «volvían a beber» y hasta alguno que incluso llegó a ver la Virgen, por el efecto del vino, claro.
Las covas, entonces —valoró— eran un activo económico, que generaban riqueza e ingresos por la venta del vino, después de cerrar los tratos en las «covas».
Recordó 1996, fecha en la que se creó la fiesta, aderezada con la innovación, y donde las mujeres fueron sus principales impulsoras. A partir de entonces las covas pasaron de tener significado, para pasar a algo más, darle significado a Vilamartín.
Habló de las covas como punto de unión, de encuentro y sintonía. «El primer fin de semana de agosto estamos aquí, en la Ruta das Covas», señaló. Y tuvo muy presente a las nuevas generaciones, que «no conocieron Vilamartín sin la Ruta das Covas. Los jóvenes mamaron y se mamaron en la Ruta das Covas», dando así una continuidad a una tradición en la que hoy ya no se escuchan rianxeiras y sí a Rosalía, que está bastante bien», expresó.
Reconoció el trabajo de la Asociación de Coveiros, vecinos y Protección Civil, «que realizan un trabajo a reo para hacer esta fiesta». Si al principio, dijo, fueron las mujeres las que consiguieron que no muriesen las «covas», ahora en 2023 la organización y participantes «hacen que el pueblo, Vilamartín siga vivo». Y finalizó con un ¡Viva Vilamartín y la Ruta das Covas!
Al pregón le siguió el homenaje a los coveiros con entrega de flores y placas, a Constantino Ferrer García, a Pedro Arias (ya fallecido) y