La sardina fue quemada en la hoguera y hubo reparto gratuito de bocadillos de sardinas
A Rúa despidió el Entroido con la tradicional ceremonia del Enterro da Sardiña. Con el cántico propio de esta celebración, lloros y sollozos, y el más absoluto luto, la comitiva del entierro desfiló por las calles del «corazón» de A Rúa Vella hasta llegar a la Plaza César Conti donde ardió la sardina en la hoguera.
«O Entroido xa morreu e ímolo soterrar, siete ducias de rueses, un crego e un sacristán…», cantaron transportando en hombros la sardina para darle entierro en la hoguera.
Después llegó el reparto gratuito de bocadillos de sardina para los asistentes, despacho del que se encargaron la alcaldesa, María Albert y el concejal del grupo de gobierno Luis Fernández Gudiña con la colaboración de uno de los participantes en el entierro.
Una representación que dijo adiós al Entroido con el tono propio y la singularidad de una ancestral tradición.
