
Los romanos la llamaban las Islas de los Dioses. Las Illas Cíes, Parque Nacional Marítimo Terrestre, es un lugar de la ría de Vigo (provincia de Pontevedra) muy especial, que conserva su magia pese a ser un paraíso nada recóndito, muy accesible y que visitan cientos de turistas todos los días.
Mi reciente visita a este archipiélago (del que forman parte tres islas: Monte Agudo, O Faro y San Martiño, las dos primeras unidas por la playa mejor considerada del mundo, la de Rodas) me deparó estampas muy bellas en las que se funde el oceáno con las rocas, en las que emergen repentinamente los acantilados, donde fauna y naturaleza tienen su propia identidad, si bien también eché en falta espacios para la comida al aire libre de los cientos de turistas que pasan cada día por este paraíso, o bien unas simples papeleras (pues no todo el mundo tiene la conciencia ecológica a punto y hay quien se deja la basura en cualquier esquina). Al margen de todo ello, las islas Cíes brillan con personalidad, fauna, paisaje y flora propia.
Las aguas de sus playas como la de Rodas son gélidas para el baño, pero más cristalinas que el propio cristal y el entorno es ideal para hacer rutas de senderismo que conectan con el mar y la naturaleza en estado salvaje.
