«El Camino de Invierno es emocionante, emociona»

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Un grupo de primos de Cartagena realiza esta ruta jacobea que aconseja por su belleza y las nuevas experiencias que proporciona a cada paso

25 de julio. Día de Galicia, día grande de Santiago Apóstol. Una jornada festiva en la que cientos de peregrinos siguen su Camino hacia Santiago de Compostela. Es el caso de un grupo de Cartagena, que emprendió en Ponferrada (León) el Camino de Invierno hace cuatro días y han llegado a Valdeorras.

El Camino está lleno de historias y nuevas experiencias. José Luis Cañavate Martínez, Isabel Jiménez Martínez, Cristina Madrid Martínez y Juan José Vega Solano son, como ellos mismos se apodan, los «Primigrinos», un grupo de primos que han realizado ya varias rutas jacobeas, y que se aventuran por primera vez en el Camino de Invierno, la ruta más solitaria, pero que ha multiplicado el número de peregrinos y ha dejado de ser una desconocida.

Peregrinan por varios motivos, el religioso, pero también por el gusto por la naturaleza, el paisaje, por vivir el Camino de Invierno en familia. «A mí lo que más me gusta es caminar, ver el paisaje, adentrarme en bosques y encontrar auténticas joyas naturales«, dice Isabel Jiménez Martínez, una conexión con la naturaleza que en esta ruta jacobea se eleva a la máxima expresión, donde el estallido del paisaje, el río Sil, los pueblos se cuelan por la retina de los peregrinos.

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Isabel Jiménez Martínez, en el Camino de Invierno a su paso por O Barco

«El Camino tiene un color distinto para cada persona»

La primera vez que Isabel hizo el Camino Inglés se llevó su saxofón a cuestas. «Lo tocaba en medio de los bosques y la ruta mientras el grupo bailaba. Y al llegar a la Praza do Obradoiro también lo hizo sonar». Aquella fue otra bonita experiencia pues «el Camino da para mucho, surgen muchas historias y anécdotas. Como dice una amiga mía, el Camino tiene un color distinto para cada persona», añade.

Las altas temperaturas no restan un ápice de entusiasmo al grupo. «Es el objetivo marcado, se lleva mejor o peor pero seguimos caminando», señala Cristina Madrid Martínez. Es más, cada verano optan por hacer una ruta jacobea y, acostumbrados al calor de Cartagena, se va llevando, porque en Galicia siempre hay algún momento en el que afloja, expresan.

José Luis Cañavate Martínez es sacerdote y misionero Paul. Para él la figura de Santiago Apóstol peregrino se materializa en el hecho «de caminar, de verse solo con lo necesario; en el paso a paso, buscando alojamiento y la comida sin pensar en otra cosa». Desde el punto de vista espiritual, señala que el Camino es como la propia vida, «donde hay momentos duros, otros más fáciles; momentos de cansancio, de alegría, de enfado y de emociones que, al final, tiene un final, que es el encuentro con el Apóstol en la Catedral mientras que en la vida, sería la vida eterna, con Jesucristo».

Para Juan José Vega Solano, otro peregrino de este grupo de Cartagena, lo más emotivo «es el encuentro con el paisaje. Me ha emocionado el Camino en Carballeda, O Barco y Vilamartín, junto al río Sil. Es extraordinario con un paisaje verde fantástico», señala al tiempo que también destaca la belleza del Lago de Carucedo, donde se han dado un buen baño.

Juan José Vega Solano, en el Camino de Invierno

Este grupo de peregrinos considera que «el Camino une muchísimo. Es un Camino también familiar». En los próximos días se sumarán al grupo más familiares de Cartagena.

«Vivir el Camino es extraordinario. Nos gusta mucho. Hemos hecho distintas rutas y lo que nos queda…», concluyen, en alusión a que repetirán.