Charo López es una referencia en el sector de la moda. Su boutique, situada en la calle Doctor Pérez Lista número 17 de O Barco , es mucho más que un establecimiento de telas de alta calidad, diseño y confección. Es la esencia de un diseñadora que se ha hecho a sí misma, que evoca la alta costura.
Charo López inició su actividad hace ya 30 años, siendo una de las tiendas más emblemáticas de O Barco. Mujer emprendedora, luchadora y adelantada a su tiempo, se embarcó en un sueño tan claro como la luz que envuelve su cuidado establecimiento. Comenzó rompiendo moldes, recorriendo el camino contrario al que dictaban los tiempos. Fue pionera en O Barco en la apuesta por telas de calidad, naturales —sedas, lino, lana etc— y de firmas de reconocido prestigio.
En la década de los años 90 era habitual comprar telas corrientes y llevarlas a una modista para confeccionar un vestido. Pero esta diseñadora de O Barco aplicó un esquema diferente. Arriesgó apostando por los tejidos y telas que siempre anheló, aquéllas de calidad extraordinaria, de ensueño, que acarician la piel, con las que dar vida a vestidos únicos, exclusivos y con identidad propia.
No fue fácil. Al principio, tenía que viajar a otras ciudades para conseguir los mejores tejidos del mercado. Pero su pasión por la moda, la ropa, la costura y el diseño la guió en su profesión, empujada por su espíritu innovador. El resultado salta a la vista. Su establecimiento ha funcionado desde el primer día que abrió, el 20 de enero de 1990. Hoy, goza de un reconocido prestigio que va más allá de la frontera de Valdeorras, con clientes también de otras provincias vecinas como las de Lugo y León.
Charo López mantiene «a pies juntillas» el mismo principio con el que dio sus primeros pasos como diseñadora: «Defendí siempre que con una buena tela se podía diseñar una buena prenda», explica. Para ella, la calidad del tejido es lo primero y, «30 años después, sigo apostando por la misma idea», valora.
Esta diseñadora oferta telas extraordinarias, el diseño de vestidos y ropa a medida, además de facilitar el servicio de una modista. «Llevo 30 años con la misma profesional que cose la ropa que diseño», dice con orgullo. Además, en su establecimiento también vende ropa confeccionada de diversas marcas de media y alta calidad.
Gusto, belleza, elegancia, calidad y diseño se funden en extraordinarios modelos para lucir en eventos como bodas y comuniones, pero también ropa para el día a día. Se trata, de todo un trabajo artesanal y especializado marcado por el talento de Charo López. «Lo que quiero es que la gente se sienta bien y guapa. Esto es lo fundamental. Y puedo presumir de que lo he conseguido», asevera.
Cuando una persona entra en su tienda ya sabe qué se va a encontrar, buena calidad. A ella recurren también muchas personas que quieren el vestido de sus sueños para grandes eventos o ceremonias. Traen el modelo en su cabeza, imaginado y Charo López lo hace real.
Charo López goza de gran prestigio y popularidad, tanto por su buen hacer profesional como por su implicación con el sector comercial y empresarial. No en vano, durante ocho años —hasta 2009— fue presidenta del Centro Comercial Aberto y ha sido la artífice de la Pasarela de Moda profesional que se desarrolló en O Barco durante algún tiempo para dinamizar el comercio. Además, este momento, es miembro de la ejecutiva de la Federación gallega de comercio, que tiene su sede en Lugo.
A lo largo de su carrera profesional, ha sido merecedora de distintos premios, el más reciente de la citada Federación por su trayectoria. «Fue muy bonito este reconocimiento», expresa. Anteriormente, ha tenido otros galardones como el Premio Mercurio por su compromiso con el asociacionismo y otros por su labor como emprendedora. «Defiendo a muerte el comercio», dice. Cree a ciegas que los comerciantes deben estar unidos y asociados para la fuerza del sector.
Considera que uno de los requisitos indispensables para estar al frente de un comercio es «que te guste tu trabajo. El pequeño comercio tiene que transmitir pasión por su actividad», el mismo entusiasmo que ella expresa cada vez que una persona atraviesa el umbral de su tienda.
Charo López podría considerarse una «Carolina Herrera» en Valdeorras, aunque ella rechace absolutamente tal comparación. Eso sí, adora su profesión, en la que se ha volcado de lleno convirtiéndose en toda una «institución». Trabajo, tenacidad, modernidad, innovación e ilusión han sido los «ingredientes» principales de su éxito.
