El carnaval de A Rúa no dejó indiferente al público. Los disfraces, elaborados con mimo y mucha ilusión para la ocasión, lucieron por las calles de la localidad. Nada frenó, ni si quiera el amago de lluvia, la explosión de colorido a través de las comparsas. Allí estaban las flamantes llamas de fuego, trajes que fueron cosidos artesanalmente por las mujeres de A Rúa; militares que construyeron su propio tanque y que encabezaron el desfile con una cabra; caravanas de palomitas, hileras de pingüinos, reprsentación del mundo animal y muchos otros que demostraron que la tradición del Entroido en A Rúa sigue creciendo año tras año.
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