«A Cidade da Selva» obtiene respaldo del Concello de O Barco

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El documental es fruto de una investigación iniciada en 2019 en los montes de Casaio, cuenta la historia de huidos y maquis y se estrenará en 2022

El documental «A Cidade da Selva», que inició en 2019 en Casaio (Carballeda) la productora Metropolis.coop y Sputnik Labrego, obtiene respaldo del Concello de O Barco, que colabora con este proyecto con una partida de 3.000 euros de los 100.000 que cuesta el proyecto. El estreno será en la villa barquense en 2022.

El trabajo documental fue presentado por el alcalde de O Barco, Afredo García; el concejal de Turismo, Comercio y Promoción Económica, Lalo Santos y el director del documental, Miguel Riaño.

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Lalo Santos argumentó que «A Cidade da Selva» forma parte de la investigación arqueológica que se desarrolla en Valdeorras para desvelar parte de «nuestro pasado, que tiene que ver con los huidos de la Guerra Civil y los maquis, que durante varios años crearon montes de refugiados en Casaio».

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El concejal explicó que el Concello de O Barco considera que ese fue un hecho histórico muy significativo, que recoge hechos que afectan a la historia no solo de Valdeorras sino también de Galicia. «Si hay un hecho cultural que nos enseña parte de nuestro pasado, el Concello de O Barco debe apoyarlo».

Detalló que la investigación que se sucede en «A Cidade da Selva» se completa con un documental que está dirigido por Miguel Riaño y que va a recoger toda la información, además de testimonios orales y excavaciones arqueológicas desarrolladas en el entorno.

Es un proyecto avalado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, respaldado por las Universidades de Santiago y del País Vasco, entre otras entidades.

«Hay que comprometerse con la cultura. Y este es un producto cultural de primera magnitud porque además combina audiovisual e investigación arqueológica. Descubrir acontecimientos históricos siempre es positivo y enriquecedor para una comarca», valoró Lalo Santos, destacando el elemento de divulgación.

Por su parte, Miguel Riaño, agradeció la implicación del Concello de O Barco. Indicó que este tipo de proyecto se ejecuta con el máximo respeto, tanto a los hechos históricos como a las personas del entorno que se han visto envueltas en ello.

La película pretende tener una modalidad puramente documental, natural y de entrevistas; y otra de recreación a través de animación. Fue elegido este formato por ser el más respetuoso con la historia, porque «si vemos a personas hablando y dibujos, sabemos separar muy bien de lo que es teoría y realidad. Al final recreamos situaciones para que el público se pueda poner en ese lugar», expresó Miguel Riaño.

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«Estamos hablando a nivel histórico de algo totalmente novedoso —añadió— porque la síntesis es que Valdeorras fue el marco del último conflicto de la Guerra Civil».

En los años 40 la Guerra Civil estaba cerrada, pero los que huyeron, que luego se convirtieron en guerrilleros, «estaban en los montes de Casaio y vivieron el conflicto. No salieron a Francia ni Portugal. S e mantuvieron aquí. Es el último frente de batalla de la Guerra Civil», indicó Riaño.

Citó que había más de 200 personas fijas en dichos montes, que se convirtieron en un paso importante entre Galicia, El Bierzo, Asturias y Portugal. «La magnitud de la guerrilla, el estraperlo y otro tipo de cuestiones son muy interesantes para hacer la labor de divulgación científica, de ayudar a que se divulguen hechos muy invisibilizados», relató Riaño.

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Subrayó que, en este momento, se está en la última fase de excavación de «A Cidade da Selva», denominada así por los propios guerrilleros en un acta fundacional documentada. «Cuando se cierre esta campaña será cuando cuente con todo el material para acabar el documental», puntualizó Riaño.

El documental está basado en hechos totalmente constatados. «Desde 2019 fuimos haciendo un trabajo lento para encaminar la historia, grabar en diferentes momentos, documentar el entorno con el fin de que se comprenda la dificultad de estar en la montaña durante varios llevando a cabo una lucha, con sus luces y sombras. La responsabilidad de hacer algo histórico conlleva no idealizar nada de lo sucedido», concluyó Riaño.