Un galeón en As Ermitas: la historia de Pedro Centeno

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El galeón suspendido en el techo del Santuario de As Ermitas
El galeón suspendido en el techo del santuario de As Ermitas

El Santuario de As Ermitas, en O Bolo, es un conjunto arquitectónico que atesora una valiosa y reconocida riqueza patrimonial artística. Pero también descubre piezas curiosas que asombran a los que visitan el templo por primera vez. Así, alzando los ojos hacia el techo de madera de la nave central del templo se observa la réplica de un galeón del siglo XVIII, suspendido de la cubierta, como si encerrase un gran secreto.

Barco en el techo

Pero ¿cómo llegó hasta el Santuario, cuál es su historia? Los oriundos de las Terras de O Bolo posiblemente la conocerán, pero no así los foráneos. Según recogen distintas publicaciones sobre el Santuario de As Ermitas, se trata de uno de los exvotos que tiene el templo, fruto de las ofrendas que hacían los fieles en agradecimiento a los milagros que se atribuían a la Virgen de As Ermitas.

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El barco (2)

El galeón  tiene origen en un supuesto milagro que la Virgen de las Ermitas hizo a Pedro Centeno, un vecino de la comarca de Sanabria, concretamente de San Juan de la Cuesta (provincia de Zamora). Y nada mejor que leer el caso tal y como figura en los escritos:

<D.Pedro Centeno, natural de San Juan de la Cuesta de Sanabria, hallábase éste de Ayudante en la Plaza de Bayona, en el Reyno de Galicia, y su Gobernador le mandó salir en una chalupa el día 23 de septiembre del año 1702 a reconocer una esquadra que se descubría, y halló eran Navios de España. Volvían alegres a participar a su xefe la noticia, quando a una legua de tierra en isla que llaman de las Estilas, se levantó un recio uracan que batiendo la vela de la chalupa, dio un golpe a Don Pedro tan fuerte, que le arrojó al mar, a bastante distancia del buque: invocó a su amparo a nuestra Señora de las Hermitas; y habiendo andado por espacio de tres horas sin saber nadar, fluctuando sobre las olas, separado de la embarcacion mas de un quarto de legua, se halló sin poder decir como fuese tan cerca de ella, que pudieron los Marineros arrojarle la guirindóla á la que pudo asisrse, y salió de aquel peligro. A su llegada contaron al Gobernador el sucesos, y con su licencia se partió al Santuario de nuestra Señora de las Hermitas á darle las debidas gracias por el favor recibido>.

Y así es como llegó el curioso galeón al Santuario de As Ermitas. Allí permanece, sobrevolando la cabeza de los fieles, en constante suspensión…

santuario As Ermitas
El Santuario de la Virgen de As Ermitas